El café, para que sea orgánico, debe de
cumplir una serie de estrictos requisitos de cultivo donde el método escogido
debe de quedar libre del uso de pesticidas o fertilizantes químicos con la
finalidad de evitar así posibles efectos secundarios.
Sabiendo que el café contiene 4 veces
más poder antioxidante que cualquier otra bebida natural, ayuda a protegernos
contra los radicales libres y por consiguiente a prevenir el envejecimiento
celular prematuro.
Además, gracias a la cafeína, estimula
el sistema nervioso, facilita la coordinación, mejora el estado de ánimo y
“recarga pilas” es por eso que es tan rico tomarlo en las mañanas para empezar
el día con ánimos y sin cansancio.
Se ha demostrado que el café reduce el
riesgo de desarrollar cáncer al colon y según estudios de consumo de café
moderado, reduce en cinco veces la posibilidad de sufrir de la enfermedad de
Parkinson y por si fuera poco, la cafeína dilata los bronquios, combate el
asma, previene la diabetes y disminuye el riesgo de padecer cirrosis.
Lo ideal es no consumir más de 5 tazas
al día (promedio de 3) y a las personas que más les beneficia el consumo de
café orgánico es a las madres embarazadas (1 taza al día como máximo) y a todas
aquellas que desean aumentar su consumo de alimentos orgánicos.
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