Según el estudio, el café molido de los
distribuidores automáticos de café, presentes sobre todo en grandes superficies
como aeropuertos o estaciones de tren, contiene "cafestoína", una
sustancia que provoca un aumento de los niveles de colesterol en la sangre.
Varios expertos holandeses han realizado
un estudio en el que afirman que consumir diariamente café de máquina
automática podría aumentar el riesgo de sufrir un infarto.
Según el estudio científico encargado
por la Asociación Holandesa de Consumidores (NCV) y divulgado por la televisión
de los Países Bajos, el café molido de los distribuidores automáticos de café,
presentes sobre todo en grandes superficies, aeropuertos o estaciones de tren,
contiene un elemento denominado "cafestoína", sustancia que podría
provocar un aumento de los niveles de colesterol en la sangre, lo que unido a
las condiciones particulares e individuales de cada persona (según su propio
riesgo cardiovascular) podría aumentar notablemente el riesgo de padecer un
infarto de miocardio, según estos expertos.
Los investigadores han puesto como
ejemplo a un varón de 55 años que toma de forma habitual café de ese tipo de
máquinas y señalan que esta persona tendría un 8 por ciento más de
posibilidades de padecer un infarto que otra que no acude a estos dispensadores
de café. Además, advierten que si la persona se toma durante un par de años,
unos 4 vasos de "café automático" de dosis diaria, sus posibilidades
de sufrir un infarto aumentarían en un 0,5 por ciento.
Pero no todo es malo para el deseado
elixir ya que según señalan los mismos investigadores, el café más peligroso
para la salud "es el de filtro de distribuidores automáticos",
mientras que el resto de variedades de café representan "un riesgo mucho
menor", indican.
Para tranquilidad de los muy cafeteros,
señalar que otro estudio de las mismas fechas de la Universidad de Edimburgo
(Reino Unido), señala que respirar niveles altos de contaminación aumenta el
riesgo de sufrir un ictus e infarto, algo que desgraciadamente hoy en día y en
la ciudad, nadie puede evitar.
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